By web admin on Thursday, 10 July 2025
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¿Por qué tu mascota necesita cuidados articulares desde joven?

Cuando hablamos de salud articular, muchas personas piensan automáticamente en perros ancianos o gatos muy mayores. Se imaginan la vejez como ese momento en el que comienzan los problemas para caminar, los saltos fallidos o la rigidez al levantarse. Sin embargo, la realidad es otra: el desgaste articular no empieza con la edad, empieza con el uso.

El sistema musculoesquelético de perros y gatos está en constante funcionamiento desde que nacen. Correr, saltar, frenar en seco, subir escaleras o jugar con intensidad son acciones cotidianas que, con el tiempo, ejercen presión sobre sus articulaciones. Y aunque muchas veces se les ve activos, felices y sin molestias visibles, eso no significa que todo esté en equilibrio.

De hecho, en razas grandes, activas o con predisposición genética, el desgaste articular puede empezar silenciosamente desde los primeros años. Lo que parece energía inagotable a veces esconde una carga acumulada en sus articulaciones que —si no se atiende a tiempo— puede transformarse en dolor, cojera o limitaciones funcionales en etapas mucho más tempranas de lo esperado.

Lo más complejo es que el cuerpo de una mascota joven compensa bien. Es decir, sigue moviéndose a pesar del inicio del desgaste. Por eso, los signos suelen pasar desapercibidos: un perro que sube menos al sofá, un gato que deja de brincar de golpe, o una caminata más corta de lo habitual puede no parecer preocupante… hasta que lo es.

Aquí es donde la prevención juega un rol clave. Así como cuidamos su alimentación desde cachorros o sus vacunas desde las primeras semanas, el soporte articular también debería formar parte de su cuidado integral desde edades tempranas. Y no para tratar, sino para proteger.

Condrovet es un condroprotector diseñado para apoyar la salud de las articulaciones en perros y gatos. Su fórmula incluye condroitín sulfato y glucosamina, componentes esenciales para mantener la estructura y funcionalidad del cartílago articular. Incorporarlo desde etapas jóvenes o en animales con factores de riesgo no solo ayuda a prolongar su movilidad, sino que retrasa la aparición de signos clínicos y mejora su calidad de vida a largo plazo.

Cuidar las articulaciones no es una decisión que se toma cuando ya hay cojera. Es un compromiso que empieza desde que los ves correr por primera vez… y deseas que lo sigan haciendo por muchos años más.